Estaba siendo otra. Ultimamente me pasa perder el control de mi, me sale la caprichosamente mala… hay como un extraño placer en herir a quien una más ama, una sensación de niños que se pelean, amigándose luego, naturalmente.
Me siento fuera de todo ejercicio, de toda costumbre, de
toda ética… pero no es esa la verdad. Nos acostumbramos fácilmente y perdemos
el sentido de lo nuevo, de esa adrenalina que nos hace todo antenas, que nos
quita el sueño pesado y nos da el indicado, ojos perfectos redondeles. Dónde
estoy? Por dónde ando tan segura de que mañana como hoy, dios, mi dios!!
Perdida indisimulablemente, ni mundo.
No voy a irme más así, sin decirte dónde voy… aunque salga a
la esquina, siempre nuestras manos juntas! Agarrandonos, tocándonos. Tocame, te
lo pido. Juguemos a hacernos lo que nos gusta como dos desconocidos, no me
mires tan profundo tan por arriba, no me repases. Cada día otros,
relacionándonos distinto.
Todo sucede de un modo espontáneo, nunca llegué a imaginar
esto. A veces la realidad me aplasta, me encorba, me saca canas - sólo joven
cuando duermo-, me utiliza. Quiero no estar tan segura… si adecuada conmigo,
que me escuches cantar mientras te leo, correr kilómetros sólo para ésa frase,
danzar con mi cuerpo nuevo, bajar los techos de mi casa grande y tejer lo tejible para ella, la nuestra. Quiero
tener ojos para vos, para las mariposas y pájaros de colores, para las pequeñas
existencias, para ryo, para respirar.