* como una luna silenciosa *

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(no hacen ruido las mariposas)


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Estaba siendo otra. Ultimamente me pasa perder el control de mi, me sale la caprichosamente mala… hay como un extraño placer en herir a quien una más ama, una sensación de niños que se pelean, amigándose luego, naturalmente.
Me siento fuera de todo ejercicio, de toda costumbre, de toda ética… pero no es esa la verdad. Nos acostumbramos fácilmente y perdemos el sentido de lo nuevo, de esa adrenalina que nos hace todo antenas, que nos quita el sueño pesado y nos da el indicado, ojos perfectos redondeles. Dónde estoy? Por dónde ando tan segura de que mañana como hoy, dios, mi dios!! Perdida indisimulablemente, ni mundo.
No voy a irme más así, sin decirte dónde voy… aunque salga a la esquina, siempre nuestras manos juntas! Agarrandonos, tocándonos. Tocame, te lo pido. Juguemos a hacernos lo que nos gusta como dos desconocidos, no me mires tan profundo tan por arriba, no me repases. Cada día otros, relacionándonos distinto.
Todo sucede de un modo espontáneo, nunca llegué a imaginar esto. A veces la realidad me aplasta, me encorba, me saca canas - sólo joven cuando duermo-, me utiliza. Quiero no estar tan segura… si adecuada conmigo, que me escuches cantar mientras te leo, correr kilómetros sólo para ésa frase, danzar con mi cuerpo nuevo, bajar los techos de mi casa grande y tejer  lo tejible para ella, la nuestra. Quiero tener ojos para vos, para las mariposas y pájaros de colores, para las pequeñas existencias, para ryo, para respirar.


Que la vida


Que caminar juntos por el barrio tiene otro color
Que el barrio cambia de color y es entonces un lugar posible
Que el espacio no se agota
Que nosotros nos ensanchamos

Que la ventana está más roja, más bella? No, no es esa la palabra… más… conmovedora que nunca
Roja como las florcillas del jardín de la casa de tus padres
Que la terraza cerca del cielo
Que las fotos que tomaste y las que yo tengo en mi alma

Que nuestras manos
Nuestras miradas
Que tu espalda
Que mi vagina

Que el corazón
Que los brazos mecedores
Que tu estampa
Que mis alas

Que tus pies suaves
Que mi dulzura de cántaro

Que la flor de la piel  
Que el alma

Que nuestra futura casa
Que lo natural lo fluido lo movido
Que lo raro, lo enajenado

Que los mates, cigarrillo y médico
La siesta, las niñas, la creación
Que las palabras inventadas, los símbolos
Que la vida y su inmensa ternura
Que no es rosa