* como una luna silenciosa *

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(no hacen ruido las mariposas)


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María


 Primera estrella: María de Nadie.

María, no sé quién es... pero mi nombre resuena a la par del suyo, disminuido y diferencial. Su aparición devora mi centro como si fuese una diosa de algún único fuego. Indescriptiblemente la siento respirar sobre mi hombro, y su aliento es mi jadeo, y su cara mi seca; aguarda tras de mí para el halo del amor nunca padecer ausencia a costa de mi fin. Me recuerda a cuando abría una ventana y encontraba detrás un muro… Así, de igual modo  continúa ella mis pasos... aunque a veces llego a pensar que somos una - que sobre mi cabeza están pegados sus pies y sobre mis pies su cabeza-. Somos un círculo imposible de cerrar. Nos masajeamos con pisadas. Llegó tarde a un don, y se sumerge en su cantar esperando aparecer. Canta descalza. Tiene tatuada en un brazo la palabra amor como una vacuna.


La del medio: María Desatanudos.

María, ojo por ojo, ha llegado a mirarse al espejo sin temblar. Un día me dijo “el espejo te obliga a mirarte”, como una sentencia antiquísima me taconeó. Mis espejos están todos tapados, todos rotos! Ella me ha besado! Sin otra opción que la de una fe ciega en el paréntesis de mis manos, salvo las veces de cuerpo caliente donde me pregunté con rabia y anhelo: ¿Existo ventada?... La costa enamorada del río, del colibrí mamando flor. Nunca tuvo. El ser le duele con un dolor de sombras y luto para siempre. Ella con toda su juventud encima no puede entenderlo, y se la ve danzar descaradamente como si su ropaje no fuese brillo de escándalo entre la multitud descolorida. Posee el don de la palabra. Se soñó novia de un sabio repetidas veces.


Ultima estrella: Ave María.

María existe enmarcada y archivada (su fortaleza de hierro forjado se lo permite). Su aura es limpia, su fuerza no está en la violencia de la palabra, no sabe cuál es su don ni si de haberlo habrá. María llora sangre y su llanto salpica el vidrio que la captura. Un ojo extraviado lo esparcirá por la tierra que filtra mis pasos... Y seré toda roja, como una boca pintada de mí. Ella, María, virgen y santa, oscura y niña, indiferente de pertenecer a si misma. No sabe que es escrita con alambre.


Las tres Marías

María Desatanudos: Huele a pecho dilatado el ansia del amontonamiento. Esto ya es incesto sin horror. ¿Y el amor?
María de Nadie: No alcanza. Amar es entregarse al otro sin entereza, persiguiendo siempre posibles oscuridades sin respiro, donde los cuerpos sudan su ensimismamiento y riegan la tierra con sus lágrimas. Y me caeré de prisa en otro cielo, igual al mío, al nuestro. Nos iremos con las otras que somos a soportar la siesta en otro lado, a despertar sin necesidad de desear un buen día, y los cuerpos serán uno con su máscara: no tendremos que fingir sonrisa y charla. Muñecas mellizas sin ojos. Muñeca sin brazos, ella la otra cara tuya: espantándose de sí misma. Ella igual a mi, la que sufrió la telaraña debajo de su cama mientras dormía. Y las dos nos olvidamos la ropa íntima al mudar cada-parte-que-corresponde a otros aires; esa rara coincidencia nos hermana más allá de los nombres. 
M D: Que son personas
(M d N hace un gesto de fealdad)
Ave María: dos personalidades?
M D: Qué personalidad!!
A M: El tiene miedo de vivir. No sabe que el miedo es defensa, clave impulso vital, espasmo y taquicardia y hueco y aventura y moda. La moda en tus manos! Tendría tanto para decirme!...
M D: En ésta casa suceden milagros: un embarazo, un árbol que florece en plena nieve, y para rendir culto a semejante hecho le cantamos (se disponen las tres, en ronda y saltando)  Dios te salve María, llena eres de gracia...

(Luego del canto y la danza y días después)

M d N: Él se volvió cada vez más mujeriego. El embarazo los tiene mal... dicen que fue un milagro.
A M: Es cuestión de gustos.
M d N: No doy más. Me miro al espejo, desdentada y prófuga, y sólo puedo rogar que él hable de mi cuando ya no esté.
A M: ¿Quién es él?
M D: El espejo… Hay pobre... (susurrando a Ave María) ¡No da más!
A M: (dirigiéndose al oído de M. d N) Pisar a Dios, pisar al esposo, caminar para atrás ¿Quién no se ha atrevido? Mi sexo me condena, mi mujer. Mírala a ella ¿Quién podría pensar que es capaz de escribir semejantes cosas? Me quedé atónita la primera vez por el desdoblamiento de su persona, porque una pudiese andar por la vida con cierto nombre o cierto sexo pero tener escondido otro, y sin embargo no ser una farsante. La admiré, fui una tonta. Me mostró que podía ser como ella en ése sentido, que tenía las condiciones; en cuanto a las sensaciones efectuadas, que es una mezcla entre estar lejos de aquí y tener los pies en la tierra y en cuanto al origen que es nuestra naturaleza… pero a ésto no me lo dijo ella… y los efectos son siempre incontrolables
me basta recordar unos ojos como fuente de infinita entereza para revivir como una flor regada en el exacto momento en que lo estaba necesitando.

M d N: – ¿Pero cuál es la madre de la madre suprema? Pensás sólo en los que creen que existimos divididas, que nuestro nombre no es uno, simplemente María. María nuestra naturaleza está en nuestras manos de magia
M D: – “Mi duelo se ha convertido en danza”.
A la muñeca se le cayó un brazo. Necesita de ésos signos para que su muerte no lo sea del todo, y se engaña la pobre de un modo...
A M: (a M d N) ¿Estás despierta?
M d N: Estoy de ojos abiertos
A M: Quién es él, una vez más
M d N: Sólo sé que no es el mago, y todo lo que es… me hace encantadora
M D: Ah pero si no es el mago papafrita!
A M: como si acaso lo hubiera…
M d N: la causa de mi desvelo
M D: (por lo bajo y como para sí) De su velo querrá decir!... (con voz fuerte!)
Me voy chicas! Deseo un viaje. Juego a que voy a un lugar desconocido. Llegaré a las 7:20 hs. y nadie habrá esperándome. Sola, sola conmigo no me voy a perder. Ahora estoy sola en el fondo, en lo hondo… hacia donde no me animo a correr. Voy a buscarme allí. Chau Chicas! Que la pasen lindo! No me extrañen! (sale)
A M: (dirigiéndose a M d N) Vos necesitas a alguien que te saque de la costumbre. Tu claridad es de pocos, de locos…
M d N: vos no entendés, a mí me gusta que me regalen flores. La extrañamos hace tanto tiempo… no sabe lo que es estar a la moda, ni vos, ni yo! Claro ¿Quién se queda y quién se va? Yo ésta noche me quedo con mi papel amarillo de alas de mariposa, me pinto las uñas de negro mientras otros cambian mis palabras, nunca faltan los que estudian cómo decorar ambientes, tan preocupados están! No tolero! No tolero ciertas risas escondedoras!!
A M: Solés ser tan animal con vestidito azulado! demasiada acidez la tuya para ciertos gustos…y  hay matices 
M d N: los hay como no ¿y? hablo de donde no hay. Es lugar donde todo está en su lugar porque nunca podría ser de otra forma
A M: es cierto, esos que se adueñan… ¿Qué hacés?
M d N: nada, me miro el esmalte de mis uñas, me quito las imperfecciones, la pintura del dedo, mientras malditamente espero, luego de haberme confundido escuchando a otros. Ay! ésta imagen mía me exaspera, pero no hay otra, momentáneamente. Vos ya te fuiste. Estás caminando con frases oblicuas y un cigarrillo encendido
A M: Chau puentes! Chau hormigas! Chau espejos! No nos alejemos de nuestras manos  
“hay que saber rescatarse y reconstruir intuitivamente el lugar para dios”





su sonrisa inquieta

y alguna lapicera que me robo

junto con un negativo de fotos que, temo, no me corresponden

así muchas veces

es la melodía habitual

y algún que otro gato rizón 

desplegando sus dientes como un acordeón

fácil le parece desaparecer junto con su gesto sin concesiones

de fácil desaperecer






*




Estaba siendo otra. Ultimamente me pasa perder el control de mi, me sale la caprichosamente mala… hay como un extraño placer en herir a quien una más ama, una sensación de niños que se pelean, amigándose luego, naturalmente.
Me siento fuera de todo ejercicio, de toda costumbre, de toda ética… pero no es esa la verdad. Nos acostumbramos fácilmente y perdemos el sentido de lo nuevo, de esa adrenalina que nos hace todo antenas, que nos quita el sueño pesado y nos da el indicado, ojos perfectos redondeles. Dónde estoy? Por dónde ando tan segura de que mañana como hoy, dios, mi dios!! Perdida indisimulablemente, ni mundo.
No voy a irme más así, sin decirte dónde voy… aunque salga a la esquina, siempre nuestras manos juntas! Agarrandonos, tocándonos. Tocame, te lo pido. Juguemos a hacernos lo que nos gusta como dos desconocidos, no me mires tan profundo tan por arriba, no me repases. Cada día otros, relacionándonos distinto.
Todo sucede de un modo espontáneo, nunca llegué a imaginar esto. A veces la realidad me aplasta, me encorba, me saca canas - sólo joven cuando duermo-, me utiliza. Quiero no estar tan segura… si adecuada conmigo, que me escuches cantar mientras te leo, correr kilómetros sólo para ésa frase, danzar con mi cuerpo nuevo, bajar los techos de mi casa grande y tejer  lo tejible para ella, la nuestra. Quiero tener ojos para vos, para las mariposas y pájaros de colores, para las pequeñas existencias, para ryo, para respirar.


Que la vida


Que caminar juntos por el barrio tiene otro color
Que el barrio cambia de color y es entonces un lugar posible
Que el espacio no se agota
Que nosotros nos ensanchamos

Que la ventana está más roja, más bella? No, no es esa la palabra… más… conmovedora que nunca
Roja como las florcillas del jardín de la casa de tus padres
Que la terraza cerca del cielo
Que las fotos que tomaste y las que yo tengo en mi alma

Que nuestras manos
Nuestras miradas
Que tu espalda
Que mi vagina

Que el corazón
Que los brazos mecedores
Que tu estampa
Que mis alas

Que tus pies suaves
Que mi dulzura de cántaro

Que la flor de la piel  
Que el alma

Que nuestra futura casa
Que lo natural lo fluido lo movido
Que lo raro, lo enajenado

Que los mates, cigarrillo y médico
La siesta, las niñas, la creación
Que las palabras inventadas, los símbolos
Que la vida y su inmensa ternura
Que no es rosa 







desentender todo lo que escapa a mi conciencia

acompañar la luz de cada momento

realmente a veces, no darme más trabajo del que tengo

recordarme, 

                   cuando vengas, 

                                           que te extrañé.