* como una luna silenciosa *

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(no hacen ruido las mariposas)


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Madre e hija


Conejo de hule
segrega antónimos.

               Llanto
               Escupitajo
                               por el crucifijo troglodita. Cena a espaldas sucias.

               Tic Tac
                            : Suena a él.
               Tic Tac

Una pide que le recen por ella, que está sola y desenamorada.
Otra se enjuaga las rodillas con jabón, hasta quedar coloreadas de eterno retorno.

Una y otra son madre e hija,
la negación y el aborto,
el punto selvático probando multiplicarse.
Ocupas del espacio
y doce campanadas:
                             O siempre es tarde
                             O tiempo es lo que sobra.

                  Burbuja y beso y luto.

Mónadas encrucijada

El secreto y el parto de orillas aglutinadas
                                      serpentina y red
medias de red, sobre piernas hinchadas y henchidas. Sangre espesa rodando sobre macizos troncos que sirven de apoyo ante la pérdida del hijo. Son toda madre socorriendo el peligro de caer tan libre... demasiado latir allí había. Sucedió lo mejor. También demasiado vacío.

Una se evade con saltitos de niña embolsada.
Otra se encoje en el conejo (de hule que segrega antónimos) de una.
Una y otra llevan a rastra el laterío de los novios (se invaden de nostalgia), se refugian en alcohol de quemar.
Una no entiende su estadía de fémina prenda felina condenada a la orfandad.
Otra nunca quiso la condición.

La inocencia y la débil ternura.

Y fue tan natural no volver a casa.
Y quedarse maltratando y esperando;
tomadas al paseo rojo, al paseo negro.

Una condena el metro cuadrado de toda madre y se cura el orzuelo con un anillo de oro inexistente.
Otra odia los extremos y lo inconmensurable de su vientre.



Él no ha recibido antes tanto amor.